El homicidio se ha consolidado como la primera causa de muerte de niños, niñas y adolescentes de entre 5 y 17 años en Ecuador, según datos de Unicef, que alerta que el aumento de los niveles de violencia en el país también toca a su población más joven.
Estas muertes violentas que afectan a la infancia y a la adolescencia ecuatoriana aumentaron un 800 % entre 2021 y 2023 en las edades de 0 a 17 años, con un registro de 387 casos de este tipo hasta este septiembre, también según datos de esta agencia de la ONU.
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Ante esta situación, desde Unicef Ecuador, junto con la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), se presentó este miércoles, 20 de noviembre, la Estrategia Nacional de Prevención de Violencia contra los Niños y Adolescentes, con la que se busca garantizar que la infancia crezca en hogares, escuelas y comunidades libres de violencia.
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Otros de los datos compartidos en el evento de presentación de esta estrategia por Juan Enrique Quiñónez, representante de Unicef en Ecuador, muestran que uno de cada dos niños menores de 5 años en Ecuador sufre maltrato físico o psicológico en su hogar.
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Quiñónez también apuntó que el suicidio es la principal causa de muerte en mujeres adolescentes de 12 a 17 años en el país, y que en la última década se reportaron más de 25.000 casos de violencia sexual en el sistema educativo.
Un niño muere por la violencia cada 4 minutos
“Esta estrategia se fundamenta en la evidencia de que prevenir la violencia es significativamente más rentable que remediar sus consecuencias (...), pues esta impide que los niños y niñas puedan desarrollarse adecuadamente, construir relaciones sanas, afecta a su salud mental y limita su capacidad de generar ingresos en el futuro”, anotó Quiñonez.
Siete ejes para prevenir la violencia contra la niñez: leyes, crianza positiva y valores, entre las principales
La estrategia presentada este miércoles se basa en la metodología Inspire de Unicef, la cual adaptada al contexto ecuatoriano plantea siete ejes para lograr prevenir la violencia y garantizar el desarrollo de la niñez en el país.
Entre esos siete ejes están implementar y vigilar el cumplimiento de leyes, fortalecer normas de crianza positiva y valores basados en el respeto, garantizar la seguridad en el entorno, y asegurar que padres, madres y cuidadores reciban apoyo para crear relaciones positivas.
También contempla mejorar los ingresos y el fortalecimiento económico de las familias, favorecer el acceso y la respuesta de los servicios de atención, y aumentar el acceso de la infancia y la adolescencia a la educación, a un aprendizaje socioemocional y a una formación en habilidades para la vida.
“La violencia se ha vuelto parte de la vida cotidiana de los niños y niñas (...). A veces incluso los atrapa y es difícil de cortar, como ocurre con el reclutamiento por parte de grupos criminales, que es siempre forzado”, mencionó Quiñónez.
De su lado, Juan Pablo Salgado, vicerrector de Investigación, Vinculación e Innovación de la PUCE, declaró que frente a esta realidad es necesario que se construyan estrategias que ataquen sus causas estructurales: la desigualdad, el machismo o la normalización del maltrato.
“Es un problema que requiere articulación ecosistémica en la acción (...). Que el Estado, la academia, la sociedad civil y las comunidades actúen con un verdadero tejido interconectado”, añadió Salgado.
Manifiesto juvenil por el Día Mundial de la Infancia
A su vez, en el marco del Día Mundial de la Infancia, que se conmemora el 20 de noviembre al cumplirse 35 años de la Convención sobre los Derechos del Niño, jóvenes de distintas partes del Ecuador presentaron el manifiesto juvenil Una generación que protege a una infancia que florece.
En él exigieron acciones urgentes a instituciones nacionales, centros educativos, familias, comunidades y a toda la sociedad para garantizar la protección, el bienestar y el desarrollo de la niñez y la adolescencia.
“Este manifiesto es más que un conjunto de ideas: es un llamado a la acción y a un compromiso. Nos unimos no solo para pedir cambios, sino para ser parte activa y transformadora”, reza el texto. (I)