Actualmente, tener mascotas en casa se ha vuelto una opción cada vez más llamativa para muchas personas en Ecuador, ya sea por mero gusto, compañía o como ‘reemplazo’ de los hijos. Lo cierto es que tanto perros como gatos hoy en día son otro integrante más de la familia ecuatoriana.
Los caninos, por ejemplo, se han vuelto una parte fundamental en la familia, no solo en Ecuador sino también en todo el mundo. Tanto así que año a año se conmemora su día de celebración cada 21 de julio.
De acuerdo con datos del último censo poblacional del Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC), 7′601.269 perros y gatos viven en hogares del país como animales de compañía; 5,2 millones son canes y 1,6 millones son felinos.
Para la psicóloga clínica Bárbara Pérez, tiene un sinnúmero de beneficios contar con una mascota en el hogar. El primero y más importante para ella es el hecho de que estos cumplen el rol emocional y psicológico, ya que se transforman en compañeros de vida y pueden suprimir la sensación de soledad de las personas.
“Además, pueden ayudarnos a desarrollarnos más en el ámbito social y físico. ¿Por qué? Porque nos obligan a estar en constante movimiento y a la interacción social con otros dueños de animales. En general, nos ayudan a desarrollar un sentido de responsabilidad”, explica la experta.
Sobre cómo influye la presencia de mascotas en nuestro comportamiento, Pérez indica que, además de beneficios psicológicos, tener un animal en casa puede brindarnos un efecto calmante y regulador de emociones.
“Las interacciones que tenemos con ellos nos ayudan a liberar oxitocina (conocida como la hormona del amor), así como otras hormonas relacionadas a la felicidad. Tener mascotas nos enseña calma, paciencia, empatía, compasión y varios tipos de comunicación no verbal”, profundiza.
Los niños y las mascotas
Para la psicóloga, el vínculo entre ambos influye en el grado de responsabilidad que pasarán a tener los infantes una vez que tengan mascotas en casa. “Los niños se van a dar cuenta de que en sus manos estará la vida de otro ser vivo, no solo la de ellos. Esta relación les dará un mayor sentido de empatía y responsabilidad. Además, les ofrecerá apoyo emocional y les ayudará a manejar el estrés, ansiedad, incertidumbre, etc.”, indica.
La idea es crear un entorno amoroso y bien estructurado para la mascota, con el fin de que tanto dueño como animal puedan convivir en armonía.
Bárbara Pérez Psicóloga clínica
Cómo influyen los humanos en las mascotas
Su comportamiento es lo más notorio a simple vista. “Como seres humanos buscamos vínculos positivos que creen estabilidad emocional. Algo que sume y no que nos reste. Lo mismo pasa con las mascotas”, menciona Pérez.
Si la mascota está en un entorno seguro, estable, recibe cariño y todos los cuidados pertinentes, retribuirá amor, seguridad y lealtad.
Por el contrario, si sus dueños no pueden satisfacer sus necesidades, se creará una convivencia desequilibrada que podría derivar en estrés y comportamiento inadecuado del animal.
¿Qué puede enseñar cada tipo de mascota?
Dependerá de la personalidad de cada niño, pero al momento de escoger una mascota para formar parte de un entorno familiar la personalidad juega un papel muy importante.
Los perros ayudan a fomentar más la actividad física, salir al aire libre, despejar la mente en general.
Los gatos, en cambio, son más independientes y hogareños. Son muy reservados de su espacio, por lo que nos pueden enseñar el respeto a los límites.
Cada mascota ofrecerá una oportunidad distinta de aprendizaje. Su elección dependerá de los padres. Es importante que ellos le transmitan a los niños que un animal de compañía no es un regalo para el momento ni un juguete desechable, sino una vida que se convierte en un miembro más de la familia.