Un nuevo estudio ha revelado que las baterías recargables de iones de litio, presentes en la mayoría de los vehículos eléctricos, son una fuente de contaminación por “sustancias químicas eternas”. Estas baterías a menudo contienen PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas), utilizadas para hacerlas menos inflamables y mejorar la conducción de la electricidad. Investigadores han encontrado altos niveles de PFAS en el aire, agua, nieve, suelo y sedimentos cerca de fábricas en Estados Unidos, Bélgica y Francia.