Una comparación entre muestras del líquido y los aerosoles de los cigarrillos electrónicos y el humo del cigarrillo tradicional, para determinar su impacto en el funcionamiento en las células, parecería indicar que los primeros son menos dañinos.
La investigación se centró en células que reportan señales moleculares de potenciales peligros: estrés oxidativo, daño a las proteínas y al ADN y activación del gen p53, que ocurre cuando hay necesidad de una posible supresión tumoral.
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Los resultados, según se publicaron en la revista científica Mutagénesis, muestran que, en un entorno de pruebas, el líquido de vapeo sin diluir y sus extractos en aerosol causarían muchas menos indicaciones de daño al ADN de las células (uno de los tres criterios anteriores) comparado al humo de los cigarrillos combustibles.
Pero este estudio fue conducido por científicos de Imperial Brands, la cuarta mayor compañía tabaquera del mundo, que de momento investiga el potencial de los llamados productos de próxima generación (NGPs), como los cigarrillos electrónicos o vaporizadores.
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La Asociación Americana del Corazón, por su parte, insiste en que hay muchas razones por las cuales los cigarrillos electrónicos no deben promocionarse como una opción más segura. “Aunque el aerosol no incluye todos los contaminantes del humo del tabaco, eso no lo hace inofensivo”, insisten los académicos.
- La mayoría de los vaporizadores se usa con nicotina, altamente adictiva y perjudicial al cerebro en desarrollo de adolescentes, niños y fetos de mujeres que vapean. Algunos dispositivos entregan más nicotina que un cigarrillo común.
- No solo hay nicotina, sino diacetilo (ligado a la enfermedad pulmonar) y metales pesados como el níquel y el plomo, así como componentes orgánicos volátiles. El que fuma y el que está cerca pueden inhalarlos.
- Niños y adultos se han envenenado tragando, inhalando o absorbiendo a través de la piel el líquido de los cigarrillos electrónicos.
- El dispositivo para vapeo está asociado a miles de casos de lesiones severas del pulmón, y algunos terminaron en muerte.
- Pero sobre todo, los vaporizadores han vuelto a normalizar el acto de fumar, que había declinado durante años, deshaciendo el duro trabajo para reducir el número de fumadores.
“Estas compañías invirtieron más de $ 8.000 millones al año en mercadeo agresivo solo en 2017″, argumenta la AHA. “Esos son $ 23 millones diarios, casi un millón cada hora. Casi el 80% de estudiantes de educación básica y de secundaria, 4 de cada 5 niños, estuvo expuesto a ese tipo de publicidad en 2016″.
Según reporte de la asociación, los cigarrillos electrónicos son la forma de tabaco más consumida por niños y adolescentes. En 2018, su uso se duplicó en comparación al año anterior. ¿La razón más trivial? Los atractivos sabores con que se disfrazan los contenidos.
Los Centros para la Prevención y el Control de las Enfermedades (CDC) han identificado lesiones pulmonares severas asociadas con el uso de cigarrillos electrónicos o vaporizadores. Afectan sobre todo a los que modifican sus dispositivos o usan líquidos adulterados para incluir, por ejemplo, tetrahidrocannabinol (THC), el principio psicoactivo del cannabis.
Esto empeora cuando, para espesar el THC, se utiliza acetato de vitamina E, que luego aparece en los fluidos de los pulmones de los pacientes.
Los CDC recomiendan que no se usen cigarrillos ni vaporizadores con THC, que no se compre el líquido ni el dispositivo de manera informal y que no se adulteren las sustancias que se adquieren de los proveedores oficiales.