Con más frecuencia de la que se cree, las personas se dejan llevar por la estética o la comodidad a la hora de elegir sus zapatos, pero hay que tener en cuenta que algunas opciones pueden ser perjudiciales a largo plazo.
Señales reveladoras de que llegó el momento de reemplazar tus zapatos para caminar y evitar lesiones
Héctor Alonso, podólogo y conocido por sus publicaciones en Instagram y reseñado por la sección Alimente de El Confidencial, hace un llamado a priorizar el bienestar de los pies. Como él dice, es necesario optar por zapatos que ofrezcan soporte, estabilidad y, sobre todo, comodidad.
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¿Cuáles son los zapatos que afectan los pies?
Alonso menciona varios tipos de calzado que, si bien pueden parecer atractivos y cómodos, pueden causar problemas si se usan con frecuencia.
1. Zapatos flexibles y sin cordones
Aunque son prácticos, muchas veces son un desastre para los pies. El problema es que este tipo de calzado no ofrece el soporte necesario sobre todo para personas mayores o con problemas de equilibrio.
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Un zapato con cordones mantiene el pie fijo y evita movimientos peligrosos que podría llevar a una lesión. “Un calzado inestable obliga a tus músculos, tendones y ligamentos a trabajar más de la cuenta, aumentando el riesgo de lesiones a largo plazo”, detalla el portal citado.
2. Crocs
Estos zapatos son muy populares, pero si tienen pies flexibles o con tendencia a torcerse el tobillo, lo mejor es pensarlo dos veces antes de usarlos. Y es que debido a su diseño blando, pueden provocar fatiga en los músculos y ligamentos.
3. Sandalias sin sujeción adecuada
Las sandalias que no se ajustan bien son otra trampa. Cuando se caminan con ellas, los dedos tienen que hacer un esfuerzo extra para mantenerlas en su lugar, lo que puede causar deformaciones en el futuro, como los dedos en garra. Por otro lado, obligan a caminar de manera poco eficiente e incrementan el riesgo de tropiezos.
(I)