La popular avena tiene elemento calificado de antinutriente. Es el ácido fítico. Distintos nutricionistas indican que este puede afectar la digestión.

El ácido fítico tiene capacidad de interferir en la absorción intestinal y en la biodisponibilidad de diversos minerales, señalan desde la Universidad de Sevilla, España.

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Desde el otro lado de la moneda está María de los Ángeles García, la reconocida Boticaria García, es doctora en farmacia y nutrición. Ella señala que ese ácido “no es el malo malísimo de la película” y en su defensa expone que que contiene “propiedades antioxidantes”.

La especialista reconoce que puede actuar “secuestrando nutrientes”, explica en un video.

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Por qué remojamos la avena

Foto: Freepik/stockking

Por el ácido fítico, muchas son las voces que señalan que la avena no se come cruda.

Boticaria García explica en sus redes:

“Imaginemos que esto (un imán) es un mineral. Calcio, hierro, zinc... que se absorbe de esta forma en el intestino. El ácido fítico (una figurita humana) cuando anda cerca de los minerales puede secuestrarlos y si los secuestra, no se pueden absorber”, destaca. mientras hace que el imán se pegue a la figura.

¿Cómo se acaba con el ácido fítico?

Foto: Pexels/Juliet King

Boticaria García dice que “podemos remojar la avena 10-12 horas la noche anterior o calentándola, pero el ácido fítico no solo está la avena, sino en cereales y legumbres en general, y esta es una de las razones por las que conviene dejarlas en remojo”, infor,a la nutricionista.

-Pero, ¿se puede comer la avena cruda?, insisten en preguntarle.

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Boticaria García tiene la respuesta a tiro: .“A diferencia de los garbanzos –por ejemplo- que no podemos tomar los crudos y hay que remojar y calentar, los copos de avena no están crudos, sino que se han sometido a un tratamiento térmico, al vapor, y luego se han laminado y en ese proceso ya se ha perdido parte del ácido fítico y no hay inconveniente en tomarlos tal cual”.

Para García la conclusión encierra buenas noticias: “Si quieres dejar la avena en remojo la noche anterior o cocinarla para hacer un porridge, perfecto; y si quieres tomarla cruda y añadirla al kéfir o al yogur, también estará perfecto. Todo buenas noticias”. (I)

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