El dolor cervical es considerado como una molestia que se siente en cualquiera de las estructuras del cuello, entre las que pueden estar los músculos, los nervios, los huesos (vértebras), las articulaciones o los discos intervertebrales.

De acuerdo a MedlinePlus, cuando se siente esta molestia en el cuello, la persona puede sentir dificultad para mover esta parte del cuerpo, especialmente para girarlo hacia algún lado.

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Cuando este dolor involucra comprensión de los nervios, puede traer consigo entumecimiento, hormigueo o debilidad en el brazo o en la mano.

Mientras que el estrés empeora el dolor cervical, el yoga puede ser un coadyuvante para resolverlo | Foto: Archivo Foto: Shutterstock

¿Cómo ayuda el yoga a calmar el dolor de cervical?

El yoga es una gran alternativa para tratar y aliviar el dolor cervical; esto se debe en gran medida a que, aparte de las posturas físicas para distender la musculatura de todo el cuerpo y del cuello en concreto, cuando se practican las técnicas de respiración consciente, se promueve la relajación, algo que permite disminuir significativamente la tensión y el estrés que se acumula en el cuello, reseña CuerpoMente.

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¿Qué ejercicios de yoga pueden tratar el dolor de cervical?

1. Soltar el cuello: en una posición erguida, con las piernas abiertas al ancho de las caderas, se inhala y se elevan los brazos por encima de la cabeza. Al exhalar, la persona debe plegarse hacia sus piernas lentamente y dejar colgando los brazos. Se debe sujetar ambos codos con las manos contrarias y reposar la cabeza en los antebrazos para que descanse la musculatura cervical. Tomar entre 5 o 6 respiraciones profundas liberando tensión en cada exhalación.

2. Torsión liberadora: sentarse con las piernas estiradas y al exhalar se flexionan las rodillas y se llevan los pies al lado derecho. Se inhala elevando los brazos encima de la cabeza. Al exhalar se gira al lado izquierdo, poner la mano derecha en el muslo izquierdo y llevar el brazo izquierdo por detrás la espalda para sujetar el antebrazo contrario. Al exhalar se sube ligeramente la torsión y se trata de poner el mentón encima del hombro izquierdo.

3. Relax en la inmovilidad: a partir de la postura de los cuatro apoyos, se lleva el hombro derecho al suelo, se apoya la cabeza en el suelo y se estira el brazo hacia el lado izquierdo. En una inhalación, se estira el brazo izquierdo caminando con los dedos de las manos hacia adelante, para que quede por encima de la oreja del mismo lado. La persona debe mantenerse inmóvil mientras la respiración ayuda a liberar tensión y rigidez en el cuello y zona alta de la espalda. Seis respiraciones después se deshace lentamente y se repite del otro lado.

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