El sueño juega un papel determinante en la salud física y mental; por ende, influye en la manera de pensar, de aprender de comportarse, de sentir y de tratar a otras personas, pero también en la salud cardíaca, metabólica, motora y cognitiva, por mencionar algunas; sin dejar de lado que, incluso, puede determinar la el aspecto físico de la persona.