Culpar a otros países de enfermedades y virus, es una estrategia para desviar la atención de la propia pésima gestión sanitaria. Así fue el caso del expresidente estadounidense, Donald Trump, quien se refirió al SARS-CoV-2 como el “virus de China”, cuando se sintió presionado por la creciente cantidad de casos en su país, dice Jerome Viala-Gaudefroy, profesor asistente de la Universidad CY Cergy de París, quien investiga el origen de la nomenclatura de las enfermedades.