Un estudio canadiense siguió a más de 7.000 personas de 55 años o más para identificar los factores ligados al bienestar del individuo envejeciente y, haciendo un sumario de los resultados, encontró que ser mujer, casada, físicamente activa y sin obesidad, así como nunca haber fumado, tener ingresos más altos y no sufrir de insomnio, enfermedad cardiaca o artritis, da más probabilidades de mantener una excelente salud y menos chances de desarrollar problemas discapacitantes, sean cognitivos, físicos o emocionales.