Los alimentos y el arte de alimentarnos actúan como unión social y cultural, y ellos mismos se llegan a compartir con la familia y amigos; además, están siempre presentes de manera cotidiana, permitiéndonos adoptar hábitos alimentarios, los cuales son comportamientos conscientes, colectivos y repetitivos, que conducen a las personas a seleccionar, consumir y utilizar determinados alimentos o dietas en respuesta a unas influencias sociales y culturales.