La ansiedad por comer, sobre todo por comer azúcar refinado, es una de las debilidades de la mayoría de nosotros, y también lo era para Arie Schwartz, empresario panameño que hace 7 años logró dejar este ingrediente al que considera “sumamente adictivo”, responsable de sus “incontrolables” antojos por comer.

Él le atribuye este éxito al método Abrahamson, una terapia desarrollada en Israel, enfocada a curar las adicciones. El azúcar es solo una de ellas. Ahora se dedica a llevar el mensaje de que se puede dejar este hábito, y también el cigarrillo (tradicional o electrónico) y cambiar el estilo de vida a partir de la terapia energética, algo que ha probado en persona.

Publicidad

Schwartz llegó al método Abrahansom cuando su padre, fumador durante 50 años salpicados de múltiples intentos de dejar el cigarrillo, seguidos de recaídas, lo llamó para decirle que por fin había podido detenerse.

“Me llama y me dice: ‘Arie, averigua qué es esto. Fui a un lugar, 15 minutos y dejé de fumar’. Obviamente no le creí”, comenta. “Yo había oído este cuento cien veces, pero esta vez fue de verdad. Me quedé con eso en la cabeza”. Otros amigos de su padre visitaron el mismo sitio y abandonaron el tabaco. Así que decidió hacer su propia indagación.

Publicidad

Ese lugar era uno de los centros del método Abrahansom en Israel, fundados por el psicólogo y médico alternativo Ehud Abrahamson. “Es una terapia energética”, explica Schwartz, y añade que hay una decena de ellos en ese país. “Yo no tenía idea de las energías, del poder que tienen. Quería estar ciento por ciento seguro de que esto funcionara. Me lo traje (el modelo) a Panamá, reuní 30 personas, y de ellas, 27 dejaron de fumar”.

Un ‘reboot’ energético con el método Abrahamson

Arie Schwartz y su esposa decidieron dejar de ser observadores y convertirse en participantes. “Hicimos una terapia para dejar el azúcar, y lo logramos. Los dos vivíamos a dieta. Yo tenía resistencia a la insulina e hígado graso, estaba en sobrepeso. He bajado 45 libras y me mantengo, y he tomado esto como mi pasión”. Además del centro en Panamá, ha abierto otros en Bogotá, Miami, Los Ángeles, Ciudad de México, Caracas y el más reciente se inauguró hace poco en el edificio Arcos Plaza, Samborondón.

A este punto, muchos lectores pueden sentir incredulidad; la adicción es una condición difícil y delicada de tratar; es un problema de salud física, mental y pública. A menudo requiere de la suma de tratamiento médico, psicológico y de grupos de apoyo. Schwartz admite que la mayoría de los que llegan a la primera sesión del método Abrahansom van sin expectativas. “La incredulidad ha sido el mayor obstáculo. La energía es algo que no hemos tocado, pero existe”.

Arie Schwartz, empresario panameño promotor del método Abrahamson. Foto: Cortesía

Insiste en que las adicciones se originan en desbalances energéticos, y por eso la terapia se enfoca en devolver el balance. “El requisito indispensable no es que creas en la energía; es que quieras dejar el mal hábito; vamos al origen del problema y ayudamos a la creación de hábitos saludables, damos acompañamiento personalizado”.

El que quiere dejar de fumar recibe terapia, pero luego tiene seguimiento diario de un coach y un grupo de soporte. En el caso del azúcar, hay un cambio alimenticio completo con un asesor que enseña desde cómo hacer las compras.

Tomar la decisión de empezar es lo más difícil, dice Schwartz. “Pasas a una charla grupal de 40 minutos con el terapeuta, que te explica el origen de la adicción y qué hacer durante el primer mes; porque querrás dejar de fumar desde el primer día, pero vas a tener nicotina en el cuerpo los primeros 30 días. Entenderás que tal vez estás fumando por una emoción”.

La segunda parte del tratamiento es individual, en un cuarto de relajación en la que el terapeuta limpia la energía de la persona. “No es invasivo, no hay pastillas, simplemente es una limpieza energética. No vengas esperando la magia de una sola sesión, pero la mayoría de las personas solo necesitan de una”.

Las alternativas al azúcar refinado

¿Cómo se forma un terapeuta del método Abrahamson? El aprendizaje ocurre en Israel, con el fundador Ehud Abrahamson. “Se queda allá por dos o tres meses, recibiendo formación teórica y de vida. Esto solamente es para personas que tienen la vocación de ayudar”.

Schwartz describe a Abrahamson como una persona impactante. “Se dio a conocer por un programa en la TV israelí hace muchos años; al día siguiente, cientos de personas llamaron diciendo que había dejado de fumar por escucharlo; tiene una energía increíble”.

Sin embargo, insiste, aplicar el método no es magia, sino un proceso en el que la persona descubre que el cigarrillo que en teoría le alivia el estrés, en realidad empeora esa situación. Lo mismo pasa con el vape o cigarrillo electrónico. “El vaping me preocupa porque no hay estudios serios sobre esto, y los que existen, los ha mandado a hacer el fabricante. Mucha gente empieza a sentir los efectos del vaping desde el primer año”.

Hay escasa información sobre el total efecto del cigarrillo electrónico en la salud. Foto: Shutterstock

En cuanto a la adicción y los efectos del azúcar, opina que es efecto de los productos ultraprocesados. “¡La comida en Ecuador no es dañina como pensamos”, afirma, y se puede seguir comiendo al seguir el método Abrahanson.

Pide prestar atención a la propia salud. “Hazte exámenes de laboratorio, de lípidos, de hemoglobina glicosilada. Si tienes uno o varios en rango alto, puede ser que estés en riesgo de resistencia a la insulina o prediabetes… aunque te sientas bien”. Pide poner atención a la sensación de sueño después de comer. “La siesta no es mala, pero la comida no debería enviarte a dormir”.

El azúcar refinado, concluye, tiene numerosos nombres con los que se esconde. “Pero en Ecuador existen ya productos endulzados con fruto del monje, estevia y alulosa”. Cree que las compañías de alimentos están haciendo cambios al notar la resistencia de los consumidores. “Y pienso que esto puede llegar a la oferta de los restaurantes”. (I)