La pérdida de masa muscular es algo que ocurre con frecuencia, su origen es variado. Los principales enemigos para el crecimiento muscular pueden ser una lesión, una enfermedad, la edad o llevar una vida sedentaria.

Mantenerse activo es vital para la salud en general y también es la mejor manera de desarrollar los músculos. Si se es principiante se puede realizar de 2 a 3 entrenamientos de fuerza a la semana. En este caso, por lo general, 24 horas son suficientes para recuperarse de un entrenamiento corto de menos de 30 minutos si se trabaja todo el cuerpo. En cambio, si se centra en un determinado grupo muscular, lo ideal es dejar pasar 48 horas para volver a entrenar la misma parte del cuerpo.

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Para que el entrenamiento de fuerza sea efectivo, tiene que ir acompañado con una dieta rica en proteínas, que son imprescindibles para la formación, el mantenimiento y la recuperación y reparación de los músculos.

La clave para aumentar la masa muscular está en mantener un excedente calórico: 3.200 calorías diarias. Si el aumento de peso se mantiene así durante un periodo de dos semanas, lo que habría que hacer será incrementar la cantidad de calorías en un 10 %.

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Uno de los pasos que más olvidan las personas de realizar después de una rutina de ejercicios intensos es alimentarse adecuadamente. Y eso es un error.

Se recomienda consumir de 20 a 40 gramos de proteínas después del entrenamiento, mientras que la ingesta ideal de carbohidratos debería rondar entre 1 y 1,5 gramos por kilo de peso corporal.

Además de proteínas y carbohidratos, puede ser beneficioso para el cuerpo incluir las grasas no dañinas en los alimentos que se consumen después de una rutina de actividad física.