La exfoliación del rostro se considera como una de las principales técnicas para el cuidado de la piel, ya que además de eliminar las células muertas le brinda a la cara una mayor suavidad y luminosidad, características que te hacen lucir llena de frescura y juventud.
En las farmacias o en tiendas cosmetológica se pueden conseguir una gran variedad de cremas exfoliantes que sirve para el cuidado de la piel, muchas de ellas contienen avena y miel. Sin embargo, suelen ser costosas o contiene otros ingredientes que pueden afectar la salud de la tez.
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El cuidado de piel según las edades
Para ayudar al cuidado de tu piel y hacerlo de manera económica y de forma natural, existen maneras de crear esa mezcla mágica y nutritiva de avena y miel para consentir y refrescar el rostro.
Cómo preparar avena y miel para exfoliar la cara
La avena hidrata, nutre y ayuda para la limpieza del rostro. Además, este cereal contiene propiedades calmantes que la convierten en un ingrediente perfecto para combatir la dermatitis y el acné, señala el portal web Semana.
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Asimismo, revelan que al mezclar la avena con la miel se convierten en un potente aliado para el cuidado de la tez, remover impurezas y células muertas. Aquí te explicamos cómo hacerlo.
Mantenga su piel sana y joven con limpieza diaria
Paso a paso
- Primero hay que preparar la avena. Tres cucharadas será suficiente, hasta que quede como una pasta.
- Solo se debe mezclar el producto con agua caliente y remover durante unos minutos.
- Retirar del fuego la avena y vaciarlo en un recipiente.
- Agregar tres cucharadas grandes de miel a la pasta y volver a mezclar durante unos minutos hasta que se asemeje a una crema.
Aplicación
- Aplicar la mascarilla. Los expertos aconsejan lavar bien el rostro antes de utilizarla para que la mezcla pueda penetrar en la piel con más facilidad.
- La mascarilla se puede aplicar con las manos o se puede usar una brocha de maquillaje.
- Realizar un leve masaje en las zonas cubiertas por la mezcla.
- Dejar reposar durante 15 o 20 minutos aproximadamente, posteriormente lavar el rostro con agua tibia.
(I)