Comer frutas significa suministrar al organismo vitaminas, minerales y antioxidantes, especialmente si se comen en estado fresco. Pero, entre la variedad que existe de estos alimentos hay una fruta para combatir infecciones de la que muy poco se habla, la chirimoya.

Esta fruta, que en su momento “los conquistadores españoles denominaron ‘manjar blanco’ debido a su dulzura”, está compuesta mayormente de agua, es baja en grasa y contiene vitaminas A, B, C, fósforo, hierro, calcio, sodio, potasio e hidratos de carbono, reseña el blog Quironsalud.

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La chirimoya es originaria de los Andes del Perú y de Ecuador. Foto: Pixabay.

¿Para qué sirve la chirimoya?

Sus beneficios provienen de la cantidad de nutrientes que se encuentran dentro de su pulpa blanca con sabor dulce ligeramente ácido acompañada de semillas negras.

Gracias al grupo de vitamina B que en ella se encuentran se obtienen las siguientes beneficios:

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  1. Vitamina B1 o tiamina: mejora el sistema nervioso, favorece la absorción de glucosa en el cerebro
  2. Vitamina B2 o riboflavina: mejora el aspecto y favorece la formación de la piel, de las uñas y del cabello; fortalece el sistema inmunitario, ayuda a producir glóbulos rojos y mejora la salud ocular

No obstante, comer chirimoya tiene otras ventajas ocultas ya que gracias a su contenido de vitamina C interviene de alguna manera en la formación de colágeno, huesos, dientes y favorece la absorción de hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones.

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Al consumir la chirimoya en su forma natural también se obtiene ciertas ventajas como:

  • Mejora la capacidad mental
  • Elimina los calambres musculares
  • Regula la función cardíaca
  • Previene y combate la anemia
  • Aporta fibra que previene el estreñimiento
  • Regula la función gastrointestinal
  • Tiene efecto saciante
  • Regula el nivel de glucosa en sangre
  • Elimina la retención de líquidos
  • Protege contra los parásitos
El fruto tiene forma de corazón y se encuentra recubierto de una piel de color verde, en la que se dibujan unas escamas. Foto: Freepik.

Solo necesitas partir una chirimoya a la mitad y tienes una fruta lista para comer, pero también la puedes consumir en jugo, como describe Clarín. Para ello solo requieres de unos pocos pasos:

  • Lavar, pelar y cortar en trozos la chirimoya
  • Mezclar en un tazón agua y azúcar para formar un almíbar calentando
  • Al enfriar agregar el jugo de un limón
  • Luego batir con la pulpa de la chirimoya y llevar al congelador

(I)

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