Ha pasado más de un año desde que Soledad Betancourt se contagió de COVID-19 y no se ha recuperado en su totalidad. En diciembre, Soledad iba camino a la peluquería y de pronto se dio cuenta de que conducía por inercia. “No sabía dónde estaba, qué hora era, a dónde iba; apenas pude darme cuenta de que estaba manejando sin rumbo y me desesperé intentando recordar”.