La ciencia nos dice que solo hay una respuesta para la vieja duda de si amamos con el corazón o con la cabeza: amamos desde el cerebro. Un estudio recogido este lunes en la revista Cerebral Cortex, de la Universidad de Oxford, concreta con qué zonas o cómo se activan, dependiendo de si se trata de amor por los hijos, los amigos o la naturaleza, entre otros.