Una montaña de colchones usados se había acumulado por más de quince años en una de las áreas del Parque Ambiental Fabricio Valverde, ubicado en Puerto Ayora, Galápagos. Los habitantes de la isla al no saber qué hacer con estos residuos los dejaban tirados en esquinas, parques, terrenos baldíos, y personal de limpieza municipal los recogía y los llevaba a dicho parque. Estos residuos permanecían allí a la espera de un gestor ambiental que los reciclara o, a su vez, se descompusieran.