Algunos chefs están dejando de utilizar aguacates en sus restaurantes –sustituyendo platos populares como el guacamole por salsas alternativas elaboradas con granos y semillas– debido a la preocupación por la gran huella de carbono de esta fruta y sus métodos de recolección insostenibles, con la pérdida de biodiversidad, la escasez de agua y la deforestación.