El adulto que en su infancia sufrió abuso (físico, sexual, emocional) puede desarrollar comportamientos y actitudes particulares en su vida matrimonial que podrían afectar la dinámica. Empezar esta etapa exige que se desarrolle mucha confianza en la pareja, porque cada día irán descubriendo capas algo más profundas, íntimas de la vida del otro, que quizás nunca exploraron.
Al aceptar sus vulnerabilidades aprenderán a desarrollar tolerancia a las debilidades del otro. Es un paso en la dirección correcta, pero una historia de abuso no puede resolverse solo a través del diálogo: traumas y emociones no aclaradas pueden aparecer repentinamente cuando se presenten dificultades conyugales normales, impidiendo resolver conflictos de una manera saludable.
Puede ser que aparezcan cambios en el estado de ánimo, precipitados por flashbacks que solo él o ella siente, y que su cónyuge no puede entender, que pueden obstaculizar el flujo normal de la vida cotidiana.
También pueden presentarse problemas en la expresión emocional o física del afecto de pareja, debido a sentimientos de culpa, vergüenza o vulnerabilidad.
Cuando llegue el momento de criar a los hijos el nivel de estrés puede aumentar, al tener que desarrollar una manera personal de enseñar, corregir, estimular y conectarse afectivamente con ellos, sin permitir que sus propias experiencias afecten su juicio y objetividad.
El abuso infantil, efectivamente, afecta la mentalidad del individuo en su interacción matrimonial. Independientemente de la actitud de su pareja, puede sentir disminución de su amor propio, atravesar periodos de depresión o ansiedad, abusar del alcohol o drogas, tener fases agresivas sin motivación evidente, y un sinnúmero de manifestaciones de inadaptación a la funcionabilidad que se espera de él o ella.
Existen estudios que señalan que en muchos casos la intervención de la pareja, por bienintencionada que sea, no es lo suficientemente influyente como para modificar la concepción adulterada que la persona afectada tiene sobre la vida. Por esta razón, al buscar ayuda profesional (que es un imperativo) la terapia, en sus inicios, debe ser individual.
Con el apoyo apropiado aprenderá a mirar el pasado desde un lugar más seguro, a poner cada cosa en su lugar sin sentir emociones que no pueda manejar, y a mirar su futuro personal y conyugal con derecho a disfrutar de una vida normal. (O)