De las reacciones emocionales que pueden suceder con poco o sin previo aviso, el ataque de pánico es una de las más agresivas. La persona que lo experimenta se siente invadida por una sensación de intenso temor, aprensión, en ocasiones acompañada de genuino terror e impotencia ante algo que solamente ella percibe y los demás no comprenden.
El afectado literalmente piensa que se va a morir; la respiración es rápida pero muy superficial; el ritmo cardiaco, muy elevado; puede sentir mareos, sudar intensamente, temblar, sentir dolor en el pecho. El cuadro se complica más porque no puede razonar coherentemente debido a que su nivel de estrés es elevadísimo. El episodio usualmente dura entre 5 y 20 minutos (aunque en el momento puede parecer una eternidad), y puede repetirse varias veces.
Ayudar a una persona en este estado no es fácil, y actuar equivocadamente puede agravar el cuadro. Lo primero que se debe hacer es hablarle con tranquilidad y explicarle que está teniendo un ataque de pánico y que este va a terminar pronto. Es importantísimo mantener la calma, para transmitírsela al afectado, enfatizando que está en un lugar seguro y protegido.
- Si la persona en cuestión le pide que no hable, respete sus deseos, trate de sostenerle la mano o que se apoye en su cuerpo.
- Hay que tratar de que se enfoque en la respiración, intentando que esta sea cada vez más lenta, más profunda y más rítmica (esta acción es esencial).
- De una manera delicada le puede preguntar qué más podría usted hacer por él (ofrecerle agua o abrigo).
- Si toma medicinas prescritas (puede que sufra de asma, hipertensión), se debe tratar de administrárselas.
- Hay que intentar iniciar un diálogo en el que idealmente se lo podría conducir hacia temas alejados de la crisis (hablar de su familia, su trabajo).
Algo que está contraindicado es minimizar su situación (“¡No está pasando nada!”, “¡Despabílate!”) o hacerlo sentir avergonzado (“¡Estás haciendo el ridículo!”). Esto le causaría aún más confusión mental. En ocasiones, la persona que está prestando ayuda puede sentirse contaminada emocionalmente y perder objetividad, en cuyo caso debe pedirle a otra persona que se haga cargo de la situación. Con las recomendaciones sugeridas, usualmente el episodio tiene pronóstico positivo. (O)