Suele ser usual que los hombres se refieran a los colores de forma básica y directa, mientras que las mujeres hablan más sobre diversos tipos de tonalidades. Para lo que los hombres es simplemente rojo, para las mujeres puede ser vino, carmesí, fucsia, y un largo etcétera (actualmente se conocen 105 tonalidades de este color). Eso pasa porque una mutación en el cromosoma X les dota a sus retinas una mayor capacidad para distinguir millones de colores más de lo habitual.