El nivel uno del trastorno del espectro autista (TEA), conocido como Asperger, se ha asociado popularmente con el alto coeficiente intelectual. La televisión y el cine se han encargado de eso, a pesar de que el nombre está ligado a un médico austriaco polémico por sus posibles colaboraciones con el régimen nazi. Esto se olvida y la atención se centra exclusivamente en pensar que las personas con este trastorno son genios, lo cual ha traído complicaciones.