El tiempo es veloz, dice el verso de una canción. Y es cierto. Parece que hace poco nos enfrentábamos al cambio de milenio y a la algarabía e incertidumbre que este hecho trajo. Visto desde el 2000, el 2020 nos parecía lejano, un futuro que demoraría en llegar. Hoy ese futuro ha llegado. Estamos en 2020, un año que para quienes habitamos en Guayaquil reviste especial significación, pues conmemoramos el bicentenario de la fecha de independencia de la ciudad.