Si alguna vez ha escuchado que al morir una persona le siguen creciendo las uñas y el pelo, tenemos que decirle que solo se trata de un mito. Según la doctora en dermatología Doris Day la piel se deshidrata al morir, lo que causa que se encoja y exponga las partes de las uñas y el cabello que alguna vez estaban bajo la piel, haciendo que parezcan más largas que antes.