La oxitocina se conoce ampliamente como la hormona del amor y desempeña un papel importante en la regulación del comportamiento social y materno. En los últimos años, el sistema de oxitocina en el cerebro ha recibido una atención tremenda como clave para los nuevos tratamientos para muchos trastornos de salud mental, como la ansiedad, los trastornos del espectro autista y la depresión posparto. Una nueva investigación dirigida por un biólogo y sus estudiantes en la Universidad Estatal de Louisiana (LSU) ha descubierto un grupo de células que se activan con la oxitocina en un área de los cerebros de ratones hembras que no están presentes en la misma área en los cerebros de ratones machos.