Desde la clandestinidad, la guayaquileña Militza Vélez dice que la tierna voz de Nahim, de 2 años, cuando le dice “mami e amo”, le da fuerzas para luchar por la permanencia de su hijo en Ecuador. Mientras, su padre belga Wim Vanpee lo reclama y dice vivir un “infierno” al no poder estar con él en Bélgica.