El ciclocross ha despertado el interés mundial por el “ciclismo del barro” gracias a la larga rivalidad, encarnizada y pasional, entre dos grandes monstruos de la especialidad, el neerlandés Mathieu Van der Poel y el belga Wout Van Aert, cuatro y tres veces campeón del mundo respectivamente.
Por si fuese poco atractivo este duelo, a la fiesta se ha unido el británico campeón olímpico Tom Pidcock. Este fin de semana, en Dendermonde (Bélgica), se van a medir los tres en una lucha sin cuartel.
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Van Aert (Jumbo-Visma) y Pidcock (Ineos Grenadiers) llegan con ventaja a la cita. El primero se ha mostrado intratable ganando recientemente en Val di Sole, Boom y Essen, mientras el joven británico se acaba de exhibir en Rucphen. Sin embargo, Van der Poel (Alpecin-Fenix), “el hombre más esperado”, hará su estreno después de superar una lesión de rodilla y no se llena de expectativas.
“Trataré de seguir a Van Aert, pero la verdad es que no sé cómo voy a responder”, asegura Van der Poel, quien a su vez tiene claro que su cita crucial está marcada para el 30 de enero en Fayetteville (Estados Unidos). Ese día y en ese lugar defenderá el título de campeón mundial.
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Los tres reyes de la modalidad ofrecerán un buen regalo al aficionado un día después de Navidad, con una expectación desconocida hasta el momento en el ciclocross.
Según explica Van der Poel, “la rivalidad con Van Aert trasciende el deporte, es una historia genial” que les permite a ambos fortalecerse y mejorar respecto a los demás”. Su gran objetivo es aspirar al récord de 7 títulos universales del belga De Vlaeminck, pero antes, con cinco títulos podría igualar a Renato Longo, André Duffraise y Albert Zweifel.
Tanto Van der Poel como Van Aert cuentan con multitud de admiradores, pero también de detractores. Tiene en común que despiertan pasiones, ya que en un ciclismo en ruta tan mecanizado la irrupción de ambos ha aportado frescura a las carreras, más espectáculo, producto de su estilos ofensivos, con ataques desde lejos.
Muchos aficionados han encontrado un atractivo en esta forma de correr en carretera, incluso dentro del WorldTour. En el Tour de Francia ambos dejaron su sello en 2021 con victorias de etapa, y también en las grandes clásicas.
Van der Poel y Van Aert se llevan encontrando en las carreras desde cadetes, tanto en ciclocross como en carretera. La historia viene de lejos y ahora con 26 y 27 años respectivamente, aquellos duelos se viven en el barro y el asfalto para deleite del ciclismo. En ruta llevan midiendo sus fuerzas desde 2019.
Por rendimiento global, Van Aert es superior a Van der Poel en asfalto, siendo capaz de ganar clásicas y etapas en el Tour de todos los colores, al esprint, en montaña, contrarreloj... pero en ciclocross domina Van der Poel.
No obstante, las victorias se igualaron entre ambos en 2021, tal y como sucedía cuando comenzaron a correr carreras élites de ciclocross hace 6 años. El neerlandés no ha demostrado tanto en ruta centrando sus mejores actuaciones en pruebas de un día.
Sin duda, se trata de dos fenómenos que rompen la disciplina de un ciclismo robotizado con estrategias de otra época, en cualquier terreno y momento, con el objetivo de reventar la carrera en busca del triunfo.
El mundo del ciclocross recibe como una bendición la pelea entre los tres reyes. Una modalidad que es religión en países como Bélgica y Holanda y que ya se ha exportado a toda Europa por tratarse de un espectáculo atractivo para el público. Apenas dura una hora, predomina la técnica, la fuerza, se producen caídas, cambios de ritmo brutales...una función protagonizada además por verdaderos fenómenos sobre la bicicleta. (D)