Brasil quedó estrepitósamente eliminada en cuartos de final. Los penaltis ante Croacia sentenciaron a una pentacampeona que venía arrasando, pero que no pudo demostrar ese favoritismo en los 120 minutos de juego. Tras el penal que estrelló Marquinhos en el poste, todos los jugadores brasileños quedaron destrozados anímicamente, pero uno aún más que el resto: Neymar.