La suspensión de la liga ucraniana de fútbol, el traslado de la Copa Davis a Turquía, el deseo de salir del país de los deportistas extranjeros que juegan en los clubes locales y, en sentido inverso, la incertidumbre sobre cómo regresarán a casa los que competían fuera, caso de la selección masculina de baloncesto que está en Córdoba, son los primeros efectos en el deporte de la guerra de Ucrania.