Roberto Baggio dejó el fútbol el 2004. El que para muchos ha sido y es el mejor jugador italiano de la historia, dejó la práctica profesional después de una carrera en la que tuvo que lidiar con los problemas físicos y con un contexto donde su talento no era del todo priorizado. Pero a pesar de ello, brilló con fulgor, ganó un Balón de Oro y, sobre todo, ilusionó. Incluso aún cometiendo uno de los errores más recordados del fútbol italiano.