A diferencia de otros directores técnicos que fueron al Mundial de Qatar y se apartaron luego de quedar eliminados en fase de grupos u otra ronda -así lo hizo Roberto Martínez, terminando su vínculo con la selección de Bélgica tras la decepción de los Diablos Rojos en la primera fase-, Gustavo Alfaro dejó en el aire su futuro en Ecuador a pesar de que su situación contractual con la Tri era de conocimiento público, terminada la participación de la Selección en la Copa del Mundo ya no era más su DT el profesional argentino.