El gobierno británico y la UEFA tienen una reunión este lunes que puede derivar en el cambio de sede de la final de la Champions League, según anuncia el New York Times. El objetivo del ejecutivo que preside Boris Johnson es que el partido entre Chelsea y Manchester City que cerrará la temporada europea se dispute en Wembley y no en Estambul, como está previsto. El hecho de que sean dos conjuntos ingleses los finalistas y las restricciones sanitarias actuales en Turquía hacen posible pensar en un cambio de sede, pese a que quedan 20 días para la final.