De Europa llegaron dos de los tres técnicos que la Federación Ecuatoriana de Fútbol contrató durante la administración que lidera Francisco Egas -el capitalino cumple su segundo periodo presidencial-. El primero fue el neerlandés Jordi Cruyff, quien no pudo tomar el mando ni en entrenamientos (presentado en enero del 2020, renunció seis meses después) porque la pandemia del coronavirus conspiró contra quien iba a transformar al país en “una potencia mundial”, según el eufórico vaticinio de Egas.