Las calificaciones de los medios a los jugadores en los partidos de fútbol son muy atractivas periodísticamente. El público las devora. Y representan una guía para saber quién destacó y quién no, dado que no siempre es posible ver los encuentros. Sin embargo, una mayoría de futbolistas y entrenadores aseguran no mostrar el mismo interés: “Son una tontería, no les hago caso”, dicen. Mienten: les gusta cuando reciben buenas notas. También tienen su parte de razón: muchas veces se califica sin fundamento, se interpreta erróneamente el juego. Uno va a ver un partido, al día siguiente lee las puntuaciones en el diario y se pregunta: “¿Qué partido vio este señor...?” Incluso leemos o escuchamos opiniones muy diferentes de un mismo partido, como si hubiera diversas ópticas para analizar el juego.