Primero, por si alguien no estaba avisado: no existen más los partidos amistosos entre selecciones. Eso era antes. Ahora compiten a muerte porque el técnico se juega el puesto y los jugadores la convocatoria. Un buen ejemplo es el duelo Estados Unidos 1 - Colombia 5. Efectivamente, jugó bien el equipo de Néstor Lorenzo, hizo méritos, pero lo de Estados Unidos fue tan espantoso, tan increíblemente amateur que, a dos semanas del inicio de la Copa América, lo recomendable sería revisar el desempeño del DT Gregg Berhalter y, quizás, llamar a alguien más capacitado. Aún con la Copa encima. Al menos eso piensan los aficionados norteamericanos, que echan fuego, hasta cárcel pidieron para Berhalter en las redes. Un comentario en X: “¿Realmente van a permitir que Gregg Berhalter maneje una Copa del Mundo en casa con el plantel más talentoso de la selección hasta la fecha?”. Otra, Nancella, una fan, escribió: “La US Soccer está más preocupada por vestir a ambos equipos nacionales con uniformes del orgullo gay que por seleccionar al mejor entrenador para el equipo”. Si Berhalter no es cesado, al menos el proceso previo ha quedado desestabilizado, en crisis con ese 5 a 1.