Muchos amigos me invitaron a celebrar con champán la victoria de Ecuador ante Perú el martes anterior. Fiel a mi gusto por el fútbol bien jugado, me negué a concurrir al brindis. “¿No te agrada que la Selección gane y se acerque al cupo para estar en la Copa del Mundo 2026?”, me consultó uno de ellos. Prefiero ignorar la pregunta y desearles una noche ruidosa y feliz.