“Yo nací dos veces en mi vida: una el 28 de marzo de 1947 en el Callao, la otra el 31 de agosto del 69 en la Bombonera”. En la primera lo bautizaron Oswaldo Felipe Ramírez. En la segunda, el pueblo lo llamó simplemente Cachito, de una vez y para siempre. De cómo un suceso futbolístico puede cambiar la existencia de una persona, Cachito Ramírez es testigo y paradigma. Resaltaba por sus goles, tanto que el célebre entrenador brasileño Didí lo tuvo en cuenta desde su primera convocatoria en la selección peruana. Pero el titular era Alberto Gallardo, excelente puntero izquierdo de Sporting Cristal, más tarde transferido al Cagliari italiano. Cacho era el patito feo. Cuando entraba, la tribuna lo reprobaba. Los futbolistas peruanos de la época eran artistas del balón y al que no mostraba el mismo grado de tecnicismo el público lo silbaba. Sin embargo, aquella tarde histórica de 1969 fue toda suya.