Mucha repercusión, escasa recompensa

La Copa América quizás no genere gran interés en los estadounidenses, pero la organización apunta a 65 millones de latinos que viven en el país.

El astro Lionel Messi, en su ultima participación en Copa América, intentará guiar a la selección de Argentina en la lucha por ser bicampeona. Foto: EFE

Actualizado el 

Organizar la Copa América en Estados Unidos es una idea atractiva como caja de resonancia y por su efecto multiplicador. La competencia crece en importancia, se expande, pasa a dieciséis competidores, une a las tres Américas y adquiere una dimensión similar a la Eurocopa, que no es poco decir. Europa es el continente más próspero y engloba a 55 asociaciones, Sudamérica apenas tiene diez y en naciones con sempiternas crisis. Gran mérito de nuestro querido fútbol sudamericano, muy superior a sus países. Sin ir demasiado lejos, es más prestigioso el fútbol argentino que la Argentina. Aunque en casi todos es igual. De modo que hay un rédito intangible que no se discute. Pero vender las joyas de la abuela amerita un resarcimiento considerable. Llevar la Copa a Estados Unidos suponía obtener grandes réditos económicos para nuestras asociaciones. Para eso la exportábamos, entre otras cosas.

No parece ser así. Fuentes de Conmebol informaron que los premios de la Copa América para las dieciséis selecciones participantes ascienden a 72 millones de dólares en total. Cada equipo recibirá un fijo de 2 millones por participar, o sea, por disputar la primera fase. Eso significa que cada asociación cobrará unos 667.000 por partido. Como mínimo, sorprende. Es una Copa que posiblemente genere ingresos por 2.000 millones de dólares entre taquillas, parqueo, comida, mercadeo y derechos de televisación (este certamen se transmite a 130 países, comunicó el presidente de la Conmebol). En Estados Unidos los estadios están rodeados de gigantescos playones para estacionamiento, pues todos los aficionados llegan en auto. Hay lugar para decenas de miles de carros y eso cuesta entre 40 y 100 dólares, por lo tanto genera recaudaciones casi tan importantes como las taquillas. Para este choque inaugural entre Argentina y Canadá, según adelantó Conmebol, se agotaron las 70.000 entradas entre todos los rubros. De modo que, sin contar hotelería y demás gastos fuera del estadio, posiblemente alcance los 50 millones de dólares. Uno solo de los 32 encuentros.

Luego, al pasar de cuartos de final en adelante hay una escala de recompensas económicas. El campeón obtendrá 16 millones (aparte de los 2 millones iniciales), el subcampeón 7, el tercero 5, el cuarto 4, y así en orden decreciente. No obstante, y solo por poner un ejemplo, parece insólito que Argentina, que presenta a Messi, quien llena todos los escenarios y moviliza cientos de millones, sea retribuida con 667.000 dólares por cada partido de primera fase. Si queda eliminada, eso es todo lo que obtendrá en la Copa. Es cierto que la retribución de este torneo reparte más del doble que el anterior, el de Brasil 2021, cuando la bolsa de cuartos de final en adelante fue de 19,5 millones (en esta son 40) y el campeón se llevó 6,5 millones. También cabe reconocer que en la gestión de Alejandro Domínguez los premios de las competiciones aumentaron alrededor del 350 %. Realmente ponderable. Pero lo de esta Copa no cierra en función de los grandes ingresos. No condice.

La campaña electoral para la reelección del presidente Joe Biden está muy enfocada en los residentes latinos, que ya suman 65 millones en Estados Unidos. Y su comité de promoción ha escogido, entre otras vías, muy especialmente la Copa América, que es un imán para los latinoamericanos. Decenas de millones de dólares invertirán en publicidad para convencer a los votantes latinos de las benignas políticas de Biden para los inmigrantes de esta parte del mundo.

“Biden planea un esfuerzo de organización y publicidad para latinos durante la Copa América

Un plan de gasto multimillonario durante el torneo internacional de fútbol apunta a conectar con votantes difíciles de alcanzar”, escribió ayer el colega Michael Scherer en el Washington Post. “Los planes incluyen la venta de camisetas de fútbol de la campaña de Biden, así como una batería de anuncios en televisión y digital en inglés y español en Fox, Univisión, radio y otros medios digitales que cubren el torneo”, dice Scherer. Esto da una idea de la relevancia de nuestra Copa.

También, el hecho de que catorce ciudades solicitaran ser subsedes del torneo indica la apetencia que provoca la legendaria Copa y el negocio que representa. Además, es un tubo de ensayo para el Mundial 2026.

“No hay clima de competencia, para nada”, comenta Rafael Crisóstomo, fotorreportero peruano residente en Key Biscayne, península de la Florida. “Llegamos a Atlanta en avión esta mañana y la única referencia al torneo era un pasajero venezolano que llevaba puesta la camiseta argentina. Acá es así. Y en las calles tampoco se ve euforia”, completa Rafa.

Pese a ello, la Copa promete ser espectacular, por el fútbol y por la puesta en escena, con estadios espectaculares y rebosantes de público. Este es un torneo para la televisión, y eso es lo que verá el televidente: alegría, confort, grandes jugadores, selecciones mundialistas, Messi… La trastienda no le interesa demasiado. Pero hay una trastienda. Una vez que hizo pie en Estados Unidos, es difícil que la Copa retroceda en ciertos aspectos. Las federaciones sudamericanas no querrán que los premios bajen de esos 72 millones (que muchos piden a cuenta uno o dos años antes). Y nadie aceptaría volver a jugar con diez equipos, esto achicaría los ingresos. No será fácil devolverla a América del Sur. Pasó con la Copa Oro de la Concacaf. Al comienzo se jugó en El Salvador, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Trinidad Tobago, Haití, México… Cuando llegó a Estados Unidos en 1991, no salió más de allí. Las últimas 17 ediciones se realizaron en la patria de Washington. Algunas, compartidas con Canadá o México, para democratizar un poco.

Podría suceder con la Copa América. (O)

¿Tienes alguna sugerencia de tema, comentario o encontraste un error en esta nota?