Guardiola expone a todos los demás técnicos cada vez que los enfrenta. Es como que quedan uno o dos escalones abajo. Esta vez dejó a Klopp en paños menores ante 55.000 personas. Su célebre tiquitaca puede ser tan abrumador que demuele psicológicamente al rival, incluso al colega parado a dos metros de él. Su fórmula es la TTT: te domina, te baila y te gana. Esta vez la víctima fue el Liverpool, al que el Manchester City derrotó por 4 a 1, un marcador que no está relacionado con la superioridad abismal de uno sobre el otro. En el minuto 68, Jurgen Klopp realizó cuatro cambios juntos, algo completamente inusual: Firmino, Tsimikas, Darwin Núñez y Oxlade-Chamberlain, adentro; Diogo Jota, Robertson, Salah y Elliott, afuera. Por lo general, cuando un conductor reemplaza cuatro jugadores de una tacada es porque ve que su equipo está haciendo todo mal. Estaban como mareados, no veían la pelota, no los dejaban tocarla. Parecían jugadores ordinarios los del Liverpool. En verdad estaban abatidos por el toque abrumador, que desorienta y deprime al bailoteado.