Las actitudes, gestos y posturas ante determinados hechos y el lenguaje que usamos son el retrato de nuestra personalidad, de nuestros valores éticos y de la educación que recibimos en el hogar y fuera de él. El uso del insulto como forma de discrepar y la tendencia a tratar de humillar a los que piensan distinto revelan una distorsión de nuestro temperamento que requiere urgente atención del psiquiatra. Es lo primero que se nos ocurre al leer el comentario del entrenador portugués Renato Paiva al referirse a un pedido del Club Sport Emelec para que se contrate a expertos extranjeros para operar el sistema tecnológico llamado VAR en los partidos de definición entre el equipo guayaquileño y el quiteño Independiente del Valle, dirigido por Paiva.