El New England Revolution va último en la liga estadounidense. Tan último que se cae de la tabla, con apenas 4 puntitos. No atrae seguidores en sus juegos de local. Pero recibe al Inter Miami de Lionel Messi y revienta el Gillette Stadium de Boston: 65.612 eufóricos aficionados. La mayor concurrencia en los 28 años de historia del New England, que cayó goleado por los rosados de Miami; pero Robert Kraft, dueño del equipo bostoniano (también de los New England Patriots, del fútbol americano), se frota las manos: le quedaron cerca de 19 millones de dólares de taquilla. Dos goles y una asistencia de Messi para satisfacer a la multitud y terminar 4-1 y seguir líderes en la tabla.