La historia de los Barreiro en el deporte porteño y nacional empieza en la década de los años 20 con la aparición en nuestro fútbol de Elí Barreiro Solórzano, quien llegó de Manabí para estudiar en el colegio Vicente Rocafuerte y se incorporó a la Liga Deportiva Universitaria de Guayaquil para pasar luego al Oriente. Barreiro jugaba de alero derecho y por su fortaleza provocaba que en las tribunas del estadio de Puerto Duarte el público le gritara “¡Jo, jo, jo!”, interjección con que los vaqueros arrean el ganado. El grito se le pegó y quedó para eternas memorias como Jojó Barreiro.