Pablo Vitamina Sánchez llegó en junio pasado a Liga de Quito para reemplazar al español Josep Alcácer, que había arribado a inicios del 2024 al conjunto universitario.
El estratega argentino, al momento tiene a los blancos como líderes e invictos de la segunda etapa de Liga Pro y con una campaña perfecta de cinco victorias consecutivas (15 puntos).
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Su carrera como entrenador arrancó en 2007 en Banfield de Argentina. Luego pasó a Rosario Central en 2008. Ese fue el último club en su país.
Desde 2009 arrancó un periplo por Oriente Petrolero de Bolivia; Universidad de Concepción, O’Higgins, Everton, Deportes Iquique, Audax Italiano y Palestino de Chile.
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Sánchez cuenta que cuando se anunció su llegada al equipo quiteño, su esposa revisó los comentarios en redes sociales y le planteó el hecho de que si estaba seguro de dirigir al club.
“Encontré una hinchada muy exigente, eso es de equipo grande. Sabía que esto iba a ser así. Cuando me contrataron y lo vio en las redes, mi mujer me dijo: ‘¿estás seguro de que vas a querer ir a Liga?’. ‘Obvio’, le dije, ‘Cómo no voy a querer’ y me refutó: ‘Mira que no te quiere nadie’ y yo le dije ‘mi trabajo será tratar de revertir eso”, dijo.
“No voy a dejar de ir a un equipo como Liga, tan grande, tan hermoso, porque la gente no está de acuerdo. La gente es exigente y lo tengo claro. Al principio fue complicado, hoy la gente está contenta. Esto del fútbol es así, subes y bajas, hay que estar preparado para todo”, añadió en conversación con radio La Red de Quito.
Y continuó: “Estoy más que feliz por el momento. A la afición le pido que nos siga apoyando. Cuando está positiva, en la cancha se siente un montón y cuando está negativa, también. El hincha juega”. (D)