Aguerrido y temperamental. Esas eran las características futbolísticas de Jimmy Montanero Soledispa, una de las glorias de Barcelona SC que disputó las dos finales de Copa Libertadores en 1990 y 1998 ante Olimpia de Paraguay y Vasco da Gama de Brasil, respectivamente. Su palmarés a nivel nacional constituye hasta ahora un récord en el club en el que jugó por 15 años ininterrumpidos, pues fue campeón en 1985, 1987, 1989, 1991, 1995 y 1997.

A sus 64 años de edad, el exdefensor recuerda a detalle la historia que con él en cancha escribió el conjunto torero e independientemente de que los resultados en ambas finales continentales no fueron los esperados, porque el equipo canario las perdió, prefiere quedarse con lo que haber llegado a esa instancia significó para el fútbol ecuatoriano. En sus palabras, fue una especie de abrir camino.

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De hablar sereno y caminar sin prisa, pero firme como era en su juego, el Mormón como era apodado por ser bautizado en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, recibe a un equipo de EL UNIVERSO en Pollos a la Brasa Barcelona, de Ángel Encalada, en Sucre y Boyacá, centro de Guayaquil, la ciudad a la que llegó de su natal Portoviejo (Manabí) siendo niño, probablemente de 2 o 3 años.

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Dicho local, en cuyas paredes llenas de afiches resaltan momentos importantes del equipo más popular del país, es uno de los sitios que frecuenta cuando tiene ganas de salir aunque la mayor parte del tiempo prefiere quedarse en casa disfrutando de sus nietos, de la familia.

Miguel Ángel Brindisi le da indicaciones a Jimmy Montanero. Foto: X (@BarcelonaSC)

Montanero, quien se inició en el fútbol por 1976 en la Liga Deportiva Estudiantil (LDE) por el colegio Vicente Rocafuerte, es parte de las imágenes del lugar que le recuerdan su época de jugador activo. Allí recibe con buen ánimo las bromas que le hacen conocidos respecto a que los defensores actuales son mejores de lo que fue él.

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El exdefensor reseña que gracias a la cercanía de Carlos Rodríguez Mora y Guillermo Saltos Guale, entonces dirigentes de LDE, con directivos del club canario él se vinculó con el Ídolo del Astillero en 1983, cuando ya tenía de 22 a 23 años y se mantuvo hasta 1998.

“Estuve en las dos finales de la Libertadores, la primera con gran suceso ya que por motivos extrafutbolísticos, como es de conocimiento público, lamentablemente si nos hubiesen validado el gol que hizo Manuel Uquillas quizás hubiésemos estado hablando ya de otras cosas, pero creo que eso influyó mucho en el resultado, Barcelona SC no pudo lograr ese título internacional. Pero aún dejándonos un sabor amargo el hecho de haber jugado una final era de mucho orgullo ser el primer equipo ecuatoriano en haber llegado a una final”, comenta el eterno capitán del Ídolo.

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Montanero se refiere a la final de 1990, cuando los canarios se midieron ante Olimpia. En el primer duelo, en Paraguay, cayeron 2-0 y en la revancha en el estadio Monumental Banco Pichincha el encuentro terminó empatado a 1, pero tuvo dos jugadas polémicas: un gol anulado a Manuel Uquillas porque el árbitro juzgó posición adelantada y un penal favorable a los locales cobrado por Luis Alberto Acosta que atajó Ever Hugo Almeida adelantándose unos pasos antes del tiro.

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“Después del partido claro que todos estábamos con el sentimiento de que se pudo haber logrado, de que por un error, una equivocación digámoslo así del árbitro nos anuló un gol, pero al mismo tiempo de ser una frustración, de no haberlo logrado, también hubo una sensación de que nosotros pudimos haber tenido esa suerte de ganar”, menciona de las impresiones de los futbolistas aquel día.

En 1998 la corona le volvió a ser esquiva al conjunto amarillo, esta vez contra Vasco da Gama. El cuadro brasileño ganó 2-0 en Brasil y el compromiso en Guayaquil terminó 2-1 en favor de los visitantes.

En ese entonces, el elenco del Astillero dirigido por Rubén Darío Insúa tenía entre sus figuras a José Cevallos, Raúl Noriega, Hólger Quiñónez, Luis Gómez, Héctor Carabalí, Fricson George, Nicolás Asencio, Agustín Delgado y al argentino nacionalizado ecuatoriano Marcelo Morales junto con el colombiano Antony de Ávila.

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¿Qué final le dolió perder más? El Mormón cree que en 1990 el equipo guayaquileño, dirigido por Miguel Ángel Brindisi, estuvo mucho más cerca de coronarse “por la jerarquía que tenían los jugadores”.

En esa época la plantilla estaba integrada por figuras como Carlos Luis Morales (+), Jimmy Izquierdo (+), Wilson Macías, Freddy Bravo, Julio Guzmán, David Bravo, Carlos Muñoz y los extranjeros Marcelo Trobbiani, Mario Saralegui, Luis Alberto Acosta.

“Indudablemente haber llegado a la del 98 también marca un hito de Barcelona SC, era su segunda final, la de un equipo ecuatoriano también, lamentablemente no se pudo porque el equipo (rival) era bastante superior al nuestro, en realidad”, sostiene Jimmy Montanero.

Él se dice barcelonista de corazón y espera que en algún momento el equipo de sus amores pueda escribir esa página de gloria que tiene pendiente: alzar el trofeo de la Libertadores y qué mejor aún si aquello se cumple en este año del centenario. Es cauto, considera que hay un buen plantel, pero no se arriesga a aseverar que esta sea la ocasión.

El exdefensor del cuadro torero durante la entrevista con este Diario en el local de Pollos a la Brasa Barcelona, en el centro de Guayaquil. Foto: Francisco Verni Peralta

El exfutbolista profesional, que también formó parte de la selección nacional, es uno de los dos jugadores seis veces campeón del fútbol ecuatoriano con Barcelona SC. El otro es Juan Baby Madruñero.

“Hay una diferencia entre Juan Madruñero y yo. Él jugó en Barcelona, obtuvo seis campeonatos, pero no los obtuvo como yo. Él jugó en Barcelona SC, fue campeón, se fue a otro, regresó (...) pero mi trayectoria es única, yo jugué solamente para Barcelona SC y obtuve los seis títulos”, recalca.

¿Alguno de los campeonatos tiene algo especial? El exdefensor amarillo responde que todos los títulos lo son cuando alguien viste con orgullo los colores de su equipo.

“Me siento muy orgulloso de haber obtenido seis títulos en toda la vida institucional de Barcelona SC, casi la mitad de los títulos que había obtenido el equipo en toda su historia, hasta el año 1998. Desde 1925 que se fundó Barcelona hasta 1998 tenía 13 títulos y yo tenía casi el 50 % de títulos en los 16 años que tuve, entonces, para mí es motivo de satisfacción, de alegría”, expresa él.

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Pero sin duda uno de los campeonatos que más recuerda la hinchada torera con Montanero en cancha es el de 1997, cuando en la final ante Deportivo Quito en el estadio Monumental el Mormón abrió el marcador con un cabezazo en el área tras recibir un centro de Marco Antonio Etcheverry por el costado izquierdo. Entró como hombre no programado y provocó el delirio de un escenario repleto, teñido de amarillo.

El conjunto guayaquileño necesitaba ganar con más de dos goles y en aquella ocasión se impuso 3-0 con otros dos tantos de Agustín Delgado y el propio Etcheverry por la vía del penal.

Una vez culminada su carrera futbolística, Montanero se mantuvo ligado al Ídolo del Astillero, en 2016, en la presidencia de José Cevallos, su excompañero, el eterno capitán se desempeñó como gerente deportivo y fue parte del campeonato alcanzado por la institución ese año. Antes, en 2005, fue asistente técnico del colombiano Juan José Peláez.

“Barcelona SC representó para mí un esfuerzo, el trabajo, la dedicación. Ese sentimiento que no todos lo pueden tener, haber vivido todas esas emociones dentro y fuera de la cancha son inolvidables para mí (...) yo soy barcelonista porque me identifiqué desde el primer día que estuve en el club, me identifiqué toda la vida porque Barcelona SC era mi ídolo”, concluye el exjugador. (D)