El de Barcelona es, en el fútbol mundial, un caso muy singular. Se instaló en la idolatría popular sin haber ganado ningún título. Su ascenso empezó en 1947 cuando aparecieron las jóvenes figuras llegadas del Panamá Sporting Club después de conquistar siete títulos juveniles. En aquella época no había la política de cobro de pases. Los jugadores comunicaban a sus clubes que querían desligarse y fichar por otra entidad; llenaban un formulario y pagaban los ‘derechos’, que por aquellos años eran de 30 sucres. Un conflicto con el mandamás panamito Dantón Marriott y la influencia de su compañero y capitán Fausto Montalván hicieron que pronto vistieran la divisa oro y grana Enrique Romo, Galo Solís, Jorge Cantos, Enrique Cantos, José Pelusa Vargas, Nelson Lara, Luis Ordóñez, Manuel Valle, Héctor Ricaurte, Manuel Nivela y otras estrellitas.