“Bueno, pero ¿y quién es este tío…?” La pregunta se fue propagando tras cada uno de los éxitos del Bayern Munich, y apuntaba a su entrenador, un sujeto silencioso, sencillo, discretísimo, casi oculto, que se quita cualquier mérito de encima como quien se sacude el polvo de la chaqueta. Que casi no da entrevistas, apenas las obligatorias ruedas de prensa pre y pospartido. Y nunca una declaración rimbombante o fuera de tono, siempre de confianza en sus jugadores y de respeto a sus rivales. ¿Quién es este fenómeno de Hans-Dieter Flick que llevó al Bayern Munich al triplete de oro -Liga, Copa y Champions-...? Con un fútbol arrasador y un promedio de eficacia jamás registrado en la alta competencia: 92,59%. Traducido: ganó 100 de los 108 puntos que disputó. Y un detallito adicional: tomó al Bayern interinamente, en una minicrisis que hizo caer al anterior conductor Niko Kovac tras una fea derrota frente al Frankfurt por 5 a 1.