El título de esta columna nadie puede negarlo, salvo quienes no conocen la verdadera historia del deporte básico. Jamás olvidaremos que a Guayaquil, por los rotundos triunfos que cosecharon sus deportistas, se la bautizó como la capital deportiva del Ecuador. Hoy dista de aquello por los pésimos dirigentes que deambulan sin norte, salvo excepciones. El atletismo tiene presencia en Guayaquil desde los años 20 y sus practicantes clamaban por una pista que estuvo lista recién en 1940 en las calles Hurtado entre García Moreno y avenida del Ejército, anexa a la piscina Olímpica. Hay que ponderar a un personaje, ¿a quién? A un caballero y propulsor del atletismo: Víctor Emilio Estrada Ycaza, quien brindó un aporte económico para que el escenario luzca impecable y funcional para competencias oficiales locales e internacionales; en 1950 la pista lucía con una infraestructura de primer nivel y lleve con todos los honores su nombre hasta la actualidad.