Probablemente el palmarés de Marco Antonio Etcheverry se habría enriquecido, aún más, si en 1998 Barcelona y Emelec hubiesen vivido historias distintas. Los registros indican que el Diablo jugó para los del Astillero en un mismo año. Con los toreros se consagró campeón nacional del torneo de 1997 el 5 de enero de 1998; y con los eléctricos, el 27 de diciembre del mismo año, perdió ante Liga de Quito la final de la edición 1998. Pero la conquista más importante de su carrera habría sido el título de la Copa Libertadores de América del mismo año si el destino y el DC United (dueño de sus derechos) le hubiesen concedido el deseo de continuar en el club torero, que llegó a las finales contra el Vasco da Gama. En este sentido, el crack boliviano reafirma la sentencia de junio pasado de Rubén Darío Insúa, DT del BSC finalista de América de 1998: “La historia habría sido diferente con Etcheverry en cancha y si Agustín Delgado no se lesionaba”. Al final de ese año se enroló en Emelec.