De futbolista a peluqueroEl delantero Jonatas Rey, jugador del Paragominas del estado de Pará, usa una bicicleta prestada para entregar hamburguesas. El volante Ítalo Henrique, jugador del Santa Cruz del estado de Pernambuco, hace entregas para una tienda de alimentos de su familia. El atacante Juba, jugador del Nova Hamburgo del estado de Río Grande do Sul, ayuda en la tienda de ropas de su esposa.Carlos Alberto, el zaguero nacido en la pequeña Magé hace 26 años y que comenzó como profesional en 2011 con el FC Río de Janeiro, admitió que ya había trabajado como peluquero en 2017, cuando, con su mujer embarazada, el América le atrasó el salario varios meses.“En 2017 el salario se atrasó uno, dos, tres, cuatro meses y no nos daban una solución y en la época mi esposa estaba embarazada y yo no tenía dinero ni para pagar el pasaje. Como tenía que traer alimentos mi mamá me regaló la máquina para cortar pelo para que me dedicara a la peluquería”, relató a EFE.“Tengo muchos amigos peluqueros y ellos me dijeron que me enseñarían. Y gracias a Dios ellos tuvieron mucha paciencia y yo fui aprendiendo. Por eso mi segunda opción después del fútbol es la peluquería”, añadió.“La caída de la renta fue enorme. Aquí gano para el pan de cada día en casa, lo básico. Pero gracias a Dios estoy supliendo mis necesidades”, dijo el campeón carioca de segunda división en 2018.En su opinión, el regreso del fútbol exigirá los máximos cuidados frente a la pandemia. “Ya fuimos al club a hacernos exámenes y nos dijeron que volveremos a entrenar en junio pero que tendremos todos los cuidados ante la pandemia”, agregó el jugador, que ha pasado por otros pequeños clubes como Nacional, Nova Iguaçu y Sao Cristovao.Gedeilson, por su parte, decidió instalar un quiosco ambulante de venta de frutas y verduras para tener una renta extra y al mismo tiempo ayudar al padre de un amigo que estaba desempleado.“Recibimos la noticia de que el club estaría parado por la pandemia y mi contrato rescindió en abril, y el club avisó que no tenía dinero para renovar. Decidimos montar un negocio con mi esposa para no gastar todo lo que teníamos ahorrado y me acordé de las personas que vendían frutas en conjuntos residenciales cuando viví en las ciudades de Cuiabá y Lins por mi carrera futbolística”, dijo.El lateral nacido en Niteroi hace 27 años, que comenzó como profesional en el Bangú en 2011 y que ya disputó el Campeonato Brasileño de segunda división con el Ipatinga en 2012, monta su puesto de frutas cada día en un diferente conjunto residencial.El defensa, que ha pasado por clubes como América Mineiro, Botafogo Paraibano y Tombense, relata que se levanta en la madrugada para comprar los productos en la Ceasa (central de abastos de Río).Después de ayudar a montar el puesto, deja a su ayudante encargado mientras él regresa a casa para cambiarse de ropa y hacer el entrenamiento por su cuenta para no perder la forma para retomar su carrera de futbolista.Gedeilson afirmó que la prioridad en este momento es que la pandemia termine para que las personas dejen de enfermarse o de sufrir por parientes muertos.“Y después sí que vuelva el fútbol, porque es lo que sé hacer y lo que me da el sustento de verdad. Espero que todo esto pase y que pueda recibir la llamada de mi empresario diciéndome sobre una nueva oportunidad en otro club”, concluyó. (D)","isAccessibleForFree":true}
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Estos son algunos de los oficios a los que han recurrido futbolistas profesionales de pequeños clubes de Brasil para “rebuscarse” el sustento.
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Esta adaptación cinematográfica se estrenará el 20 de noviembre de 2026.
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